6 marzo, 2019
Si hace unos pocos años esta afirmación era una de las tendencias del mercado de trabajo del futuro, hoy ya podemos hablar que estamos ante una realidad incontestable.
¿QUÉ HA CAMBIADO?
Las causas son muchas y diversas. Por el lado empresarial, podemos encontrar la necesidad de tener una mayor flexibilidad para adaptarse a un mercado cada vez mas competitivo, y a los cambios en el modelo productivo.
Las nuevas tecnologías permiten una mayor de automatización de tareas y una transformación en las estructuras productivas. Hay necesidad de nuevos puestos de trabajo y simultáneamente, se está produciendo la desaparición de otros que hace unos años eran imprescindibles.
El trabajo lineal está siendo sustituido por el trabajo por proyectos, con una visión mas transversal dentro de las compañías y donde la colaboración entre profesionales internos con competencias transversales se combina con profesionales independientes, y empresas externas para tareas puntuales ha significado una transformación fundamental. Y no podemos olvidarnos de una nueva realidad, las empresas han pasado de administrar todos los procesos productivos a centrarse en aquellos que conforman el “core” de la compañía, externalizando todas aquellas tareas que no aportan valor al negocio.
Junto a este cambio en las empresas, se ha producido también un cambio profundo en el mercado laboral. Las nuevas generaciones de profesionales tienen diferentes prioridades de las que tenían sus predecesores.
Para los profesionales ya no es suficiente subir en el escalafón de una empresa y la seguridad de un salario a fin de mes.
Las necesidades que ahora buscan cubrir son: el reconocimiento de su contribución a la empresa, la mejora de sus conocimientos técnicos, de habilidades personales, de comunicación y trabajo en equipo, la retribución en función de sus capacidades, desempeñar sus funciones en ambiente de trabajo adecuado y con compañeros y compañeras que les ayuden a ser mejores profesionales, y también, su contribución a la sociedad.
Este cambio de objetivos personales hace que el cambio de empresa no sea considerado un trauma y que cualquier oferta que cubra estas nuevas necesidades, o bien, la falta de oferta de las mismas en su empresa actual, los empuje a cambiar de empleo.
NAVEGAR EN LA TORMENTA PERFECTA
La confluencia de ambas fuerzas nos lleva de forma irremediable a una tormenta perfecta. Se dan las condiciones optimas para cambiar el modelo y el cambio se ha producido.
Sin embargo, no hagamos una tragedia del hecho. Hay que aprovechar la oportunidad que se presenta porque entre otras razones…¡¡no hay otro remedio!! Hay que seguir navegando para conseguir hacer exitosos nuestros proyectos.
Oportunidad para las empresas porque aquellas que mejor se adapten a esta transformación profunda de las estructuras tendrán mas ocasiones para atraer el mejor talento y obtener durante el tiempo que lo retengan la mayor productividad posible.
Tener mejores condiciones, ofrecer una mejor oferta de desarrollo personal y profesional, introducir medidas de conciliación, valorar la meritocracia, no tiene que ser visto como un gasto. No es una táctica para “atar” a los trabajadores y asegurar el compromiso a largo plazo. Es una inversión para que los profesionales pongan su talento en este momento al servicio de la empresa, crezcan y den la mejor versión de ellos mismos. Si se marchan por otro proyecto distinto, y hemos satisfecho sus necesidades, la empresa habrá conseguido un embajador de su marca que indudablemente servirá de reclamo para renovar el talento.
Y oportunidad para los profesionales porque la movilidad entre empresas puede hacerles crecer en sus competencias, adquirir experiencias en distintos sectores productivos e integrarse en distintos equipos de trabajo.
El círculo sería perfecto si la legislación laboral acompañase a estos cambios que han llegado para quedarse. Hay que estudiar y desarrollar nuevas herramientas legales que transmitan seguridad jurídica a los trabajadores y flexibilidad a las empresas. ¿Para cuando nuestros legisladores se adaptarán a la nueva realidad?