3 septiembre, 2018
Una de las tendencias de diseño de oficinas que los últimos años ha tenido más impacto en en el trabajo de las personas ha sido la eliminación de barreras físicas y la implantación de espacios abiertos de trabajo.
Sobre las ventajas e inconvenientes del modelo se ha escrito y debatido ampliamente en artículos, redes sociales y medios especializados, tanto de diseño como de recursos humanos, pero no es ése el objeto de este artículo.
Nuestra intención con estás líneas es abrir un debate sobre la razón de ser de la adopción de este modelo de oficinas en una empresa.
Si obedece a una decisión motivada por subirnos al carro de la “modernidad”, adoptando una tendencia mas y sin tener una base solida en políticas de recursos humanos que expriman el nuevo espacio de trabajo, o bien, porque hemos puesto a las personas en el centro de nuestra toma de decisiones y consideramos que este modelo es el mas adecuado para conseguir nuestros objetivos estratégicos.
SIGUIENDO LA ESTELA DE OTRAS EMPRESAS
Las modas y las tendencias tienen un riesgo. Que cuando las ponemos en marcha en nuestras empresas no tengan ningún efecto positivo en el trabajo de nuestros colaboradores.
Las oficinas en espacios abiertos pueden servirnos de ejemplo. Si la prioridad en la decisión es el diseño de espacios de trabajo, puede ocurrir que nuestra organización no esté todavía orientada al trabajo colaborativo, que nuestros managers “se pongan nerviosos” al no tener siempre a la vista a los miembros de sus equipos o que nuestros colaboradores solo vean inconvenientes en la medida (exceso de ruido, interrupciones constantes en la tarea, falta de privacidad, etc.…). Si no hacemos nada al respecto, tendremos unas oficinas muy bonitas y espaciosas, pero no incidirán en la productividad de los equipos de trabajo.
Sin embargo, aún en estos casos, tenemos algo que celebrar.
Contamos con unas instalaciones magníficas que nos pueden servir como herramienta y motivación para que desde los Departamentos de Personas desarrollemos iniciativas, cambios organizativos y políticas de Recursos Humanos que faciliten el trabajo colaborativo, la comunicación transversal, la creatividad y la innovación. Está en nuestra mano hacer que las personas desarrollen sus tareas en los lugares de trabajo mas adecuados para cada una de las mismas.
TRAZANDO ESTRATEGIAS EN LA GESTIÓN DE PERSONAS
El proceso más adecuado en la toma de decisiones debería ser, a mi modesto juicio, analizar con que herramientas de recursos humanos podemos conseguir de forma más acertada nuestros objetivos estratégicos:
- Incrementando la productividad, la comunicación y el compromiso de nuestros colaboradores.
- Implantando modelos organizativos que hagan nuestra empresa mas competitiva, abandonando los trasnochados modelos jerárquicos y aventurándonos a trabajar por proyectos transversales, con modelos jerárquicos o mixtos.
- Consultando a los miembros de nuestros equipos sobre la forma en la que podemos ayudarles a conseguir sus objetivos
Y entonces, si, plantearnos si el modelo de oficina de espacios abiertos, puede potenciar toda esta estrategia.
Los resultados serán asombrosos. Porque si seguimos este proceso, conseguiremos que el momento del cambio sea favorablemente recibido y el nivel de satisfacción de nuestros colaboradores se vea incrementado, ya que constatarán que las nuevas instalaciones y su nuevo diseño es una consecuencia de la aplicación con coherencia de políticas de recursos humanos y no a la inversa.
Una pregunta abierta, para finalizar: ¿Crees que este modelo de diseño de oficinas es positivo para incrementar la productividad y la creatividad en los equipos de trabajo?
Comment (1)
Cristina Mulero
Enhorabuena por este artículo!
En mi opinión creo que los espacios abiertos favorecen la comunicación, el trabajo en equipo y reducen las jerarquías lo que potencia una mayor cercanía entre directivos y sus equipos a cargo. Sin embargo, esto puede ir en detrimento de la productividad derivada de la necesaria concentración que muchas veces es necesaria para llevar a cabo ciertas tareas. Es por ello que es necesario disponer de espacios que permitan la privacidad y la concentración, de uso compartido, y que permitan “aislarse” cuando sea necesario.
Otro apunte, la eliminación de barreras físicas no garantiza el trabajo colaborativo pues este requiere de una cultura que lo promueva, de herramientas tecnológicas que lo faciliten y de la adquisición de nuevos hábitos.
Muy acertada esta reflexión. Creo que desde los departamentos de personas queda una labor por hacer en esta linea. No es cuestión solo de espacio mental, también de “espacio mental”